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7 de noviembre de 2009

La investigacion en Ciencias Sociales


Nueva versión del articulo revisado y expuesto en la Cátedra de Psicología Social, Facultad de Psicología, UNLP 
(Mayo de 2010).




Problematizando LA investigación en Psicología desde la Psicología Social, el Psicoanálisis y el Psicodrama.

Alfredo Luciano Palacios.
Facultad de Psicología, UNLP

07 de marzo de 2010

ESCUELA DE VERANO
Facultad de Psicología, Universidad de la República.
















Palabras preliminares.
Mi intención en el presente trabajo no es ser riguroso en la explicación de algoritmos metodológicos, ni tampoco profundizar en desarrollos teóricos, sino más bien presentar en forma ordenada aquellas conexiones conceptuales y técnicas que le dan forma a mi perspectiva en psicología social y por ende en su forma de entender la investigación.  Vale aclarar que seremos rigurosos en la forma de citar para que el lector pueda profundizar, si así lo desea, en cada segmento disciplinario que conforma el “tejido conceptual” que le da cuerpo a mi propuesta.
Introducción.
El espacio al cual advino la investigación en psicología, al menos en su versión más difundida, tiene mucho que ver con el discurso previo a la fundación de la disciplina así como el “yo” del niño adviene en un lugar delimitado por el discurso y el deseo materno que lo precede (Piera Aulagnier). Es así como la investigación en nuestro campo aparece como anudada a esas primeras líneas del positivismo psicológico que a su vez se apoya en aquella tradición filosófica que llamamos empirismo; teoría, técnica y metodología de la investigación aparecen así enmarcadas en su origen por determinado discurso empírico que será huella endeble en el desarrollo histórico de la disciplina y que por supuesto aun hoy podemos dilucidar en las distintas líneas teóricas de nuestra carrera, en algunas de forma más explícita y en otras un tanto más implícitas.
A modo de diagnostico se nos plantea como necesario la relación tríadica, insoslayable, entre 1) el recorte epistémico del objeto de estudio, 2) la metodología de la investigación y 3) la teoría de determinado enfoque en psicología[1]; relación que debe pensarse en la complejidad del movimiento dialectico y por lo tanto histórico y correlacionado con el contexto educativo, social, económico, político y cultural más amplio. A modo ilustrativo pensemos en el paradigma cognitivo, hijo de su padre positivista y nieto de una tradición empírica, y en su amplio desarrollo y difusión en Norteamérica y Europa, representantes póstumos del modelo de producción capitalista y por ende de determinada concepción de individuo, de educación, de saber, de valores, de derechos y porque no de una psicología funcional en más o menos medida a dicho modelo. Así se desarrollan las ciencias cognitivas de la mano del control social y el marketing empresarial. La investigación aparece anudada a la estadística y a aquellos fenómenos empíricamente observables como la conducta, la personalidad, etc. La lectura de los conceptos de dispositivo, poder, disciplina, saber y verdad de Foucault, el concepto de “estado técnico-administrativo” de Lewkowicz, I., Posdata sobre las sociedades de control” de Gilles Deleauze y el pasaje del feudalismo al capitalismo de “El Capital” de Marx, son citas obligadas para sostener este párrafo y para contextualizar la investigación en las ciencias humanas.
Vayamos un poco más lejos, ¿Cómo articulamos la primacía occidental de la investigación empírica con el modelo de producción capitalista? Una burbuja sale detrás del monitor de mi pc, se asoma, tiene una cara familiar, es Marx, y casi con cara de obviedad me dice: “la relación está en el concepto de mercancía”, vuelve a desaparecer y sigo escribiendo… claro! pienso…, dentro de este modelo capitalista las relaciones sociales entre personas están fetichadas, ocultadas tras la relaciones sociales entre cosas, tesis fundamental de la génesis del intercambio elaborada por Marx en “El capital”. Justo ahí es donde reside el poder de las cosas, justamente en ocultar que son productos de relaciones sociales, y por ende de origen abstracto en tanto fueron en su génesis, pensadas, representadas y construidas a través del trabajo puramente humano. A esta existencia mítica de la “cosa empírica” como existente desde siempre y al ocultamiento de su génesis, Hegel lo llamó “recaída en la inmediatez” (en la forma concreta, agregamos nosotros).
El objeto de la investigación psicológica en su versión empírica no escapa a esta lógica de la mercancía y más aun si es el mercado quien regula la producción de subjetividad social. Desde esta perspectiva ya no podemos pensar la diferencia entre modelos de investigación como referente solo a diferencias teóricas y epistémicas (esto es lo explicito y consiente), sino también al modo de adherir en la praxis de la investigación a determinado proyecto político-económico o no, y por lo tanto productor de determinada subjetividad e imaginario social.
La investigación empírica-positiva siempre parte de una hipótesis sesgando y recortando lo complejo de las relaciones humanas a uno o algunos factores; el tipo de investigación que proponemos siempre parte de un problema, de un síntoma y destruye toda posibilidad mono-causal (causa-efecto) para introducir la múltiple-determinación de los fenómenos. La investigación basada en lo concreto siempre se queda en el terreno de la explicación, es decir lo que hay detrás de lo manifiesto y se conforma con ello; nuestra investigación parte de lo concreto, pasa por la explicación, pero no se conforma y reconstruye en lo pensado, la génesis.
¿Cómo podemos esquivar la recaída en la inmediatez a la hora de investigar?
 Una de las opciones es utilizar los conceptos desde la noción de “caja de herramientas”[2]  y no como theorias explicativas en sí mismas. La autora propone tres herramientas básicas: la elucidación crítica de Castoriadis, el análisis genealógico de Foucault y la deconstrucción de Derrida. Nosotros podemos sumar la concepción dialéctica-genética de lo humano de Marx y la concepción dramática del objeto psicosocial a investigar.
¿A que nos referimos con concepción dramática?
Nos estamos refiriendo a un concepto que hemos formulado a partir del dispositivo Psicodramatico creado por Moreno y llevado a su máxima expresión por Eduardo “Tato” Pavlovsky y colaboradores. Pensar en “dramas” es pensar en “escenas dramáticas”, y en toda escena hay un texto, personajes, un encuadre y un contexto, como así conexiones simbólicas, afectivas e imaginarias que conforman una red semiótica-social que orientan y condicionan el hacer. En psicodrama decimos que el texto colectivo (al menos dos) es a su vez el contexto social. Al igual que en Lacan, en psicodrama los sujetos son el contexto, es decir se desdibuja lo individual para incluirse en el universo social del lenguaje, de los imaginarios, de la reproducción y producción social (Marx). Los grupos no son “islas” en el “mar” de lo social, sino mas bien que son como “olas”: producto de múltiples factores y atravesamientos pero indiferenciadas del mismo “espacio azul” (lo social).
También forma parte de nuestra propuesta metodológica en investigación psicosocial las formulaciones inherentes a “Las investigaciones en lo cotidiano” de Mary Jane y Peter Spink, como así aquellas líneas de reflexión ética en investigación que tuvieron lugar en el curso de “Epistemología y ética” de Gabriela Fried. Ambos cursos fueron dictados en el marco de la Escuela de Verano de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de la Republica Oriental de Uruguay.
En conclusión, mi propuesta es que toda investigación humana debe requerir como mínimo la predisposición del investigador para navegar a la merced de los vientos y las corrientes, un poco determinadas y un poco azarosas, del mar social y de su historia; teniendo en cuenta no solo la repetición de lo igual sino la emergencia de lo nuevo; el investigador debería ser un aventurero que se anima a lo desconocido y no un ojo en el lugar de la omnipotencia de la explicación, un investigador va a en busca del conflicto, de la tensión , de la génesis, y no de la causa última y única, un poco mítica y otro poco delirante. Lo humano es complejo, múltiple determinado y con una pizca de azar, lo específicamente humano en palabras de Marx: “no tiene ni un átomo de materia”.
Desde esta perspectiva proponemos abandonar todo tipo de investigación social solo basada en la epistemología positiva, cuantitativa, estadística, fenomenológica, para interiorizarnos en una metodología seria y lo suficientemente abierta[3], que surge desde las ciencias humanas para abordar un objeto de estudio inherente a las mismas: “El método dialectico de ascenso de lo abstracto a lo concreto”, comenzado por Aristóteles, pasando por Hegel y cobrando su coherencia interna mayor en Marx.
Esta es mi propuesta, nuestro reto.
Luciano Palacios



[1][1] Más adelante propondremos una nueva triada ya que consideramos que comporta una matriz ordenadora de la praxis en investigación.
[2] Concepto de Foucault retomado por Ana Maria Fernandez
[3] Nos referimos a una “metodología abierta” en tanto el método no se reduce a una serie de pasos o algoritmos más o menos rígidos a seguir, tal como plantea algunas posturas  “cientificistas”. Esta discusión se retomara en el apartado inherente a la “metodología” en investigación del presente trabajo.


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