Nueva versión del articulo revisado y expuesto en la Cátedra de Psicología Social, Facultad de Psicología, UNLP
(Mayo de 2010).
Problematizando LA investigación en Psicología desde la Psicología Social, el Psicoanálisis y el Psicodrama.
(Mayo de 2010).
Problematizando LA investigación en Psicología desde la Psicología Social, el Psicoanálisis y el Psicodrama.
Alfredo Luciano
Palacios.
Facultad de Psicología,
UNLP
07 de marzo de 2010
ESCUELA DE VERANO
Facultad de Psicología,
Universidad de la República.
Palabras preliminares.
Mi intención en el presente
trabajo no es ser riguroso en la explicación de algoritmos metodológicos, ni
tampoco profundizar en desarrollos teóricos, sino más bien presentar en forma
ordenada aquellas conexiones conceptuales y técnicas que le dan forma a mi
perspectiva en psicología social y por ende en su forma de entender la
investigación. Vale aclarar que seremos
rigurosos en la forma de citar para que el lector pueda profundizar, si así lo
desea, en cada segmento disciplinario que conforma el “tejido conceptual” que
le da cuerpo a mi propuesta.
Introducción.
El espacio al cual advino la
investigación en psicología, al menos en su versión más difundida, tiene mucho
que ver con el discurso previo a la fundación de la disciplina así como el “yo”
del niño adviene en un lugar delimitado por el discurso y el deseo materno que
lo precede (Piera Aulagnier). Es así como la investigación en nuestro campo
aparece como anudada a esas primeras líneas del positivismo psicológico que a
su vez se apoya en aquella tradición filosófica que llamamos empirismo; teoría,
técnica y metodología de la investigación aparecen así enmarcadas en su origen
por determinado discurso empírico que será huella endeble en el desarrollo
histórico de la disciplina y que por supuesto aun hoy podemos dilucidar en las
distintas líneas teóricas de nuestra carrera, en algunas de forma más explícita
y en otras un tanto más implícitas.
A modo de diagnostico se nos
plantea como necesario la relación tríadica, insoslayable, entre 1) el recorte
epistémico del objeto de estudio, 2) la metodología de la investigación y 3) la
teoría de determinado enfoque en psicología[1];
relación que debe pensarse en la complejidad del movimiento dialectico y por lo
tanto histórico y correlacionado con el contexto educativo, social, económico, político
y cultural más amplio. A modo ilustrativo pensemos en el paradigma cognitivo,
hijo de su padre positivista y nieto de una tradición empírica, y en su amplio
desarrollo y difusión en Norteamérica y Europa, representantes póstumos del
modelo de producción capitalista y por ende de determinada concepción de
individuo, de educación, de saber, de valores, de derechos y porque no de una
psicología funcional en más o menos medida a dicho modelo. Así se desarrollan
las ciencias cognitivas de la mano del control social y el marketing
empresarial. La investigación aparece anudada a la estadística y a aquellos
fenómenos empíricamente observables como la conducta, la personalidad, etc. La
lectura de los conceptos de dispositivo, poder, disciplina, saber y verdad de
Foucault, el concepto de “estado técnico-administrativo” de Lewkowicz, I., “Posdata
sobre las sociedades de control” de Gilles Deleauze y el pasaje del
feudalismo al capitalismo de “El Capital”
de Marx, son citas obligadas para sostener este párrafo y para contextualizar
la investigación en las ciencias humanas.
Vayamos un poco más lejos, ¿Cómo
articulamos la primacía occidental de la investigación empírica con el modelo
de producción capitalista? Una burbuja sale detrás del monitor de mi pc, se
asoma, tiene una cara familiar, es Marx, y casi con cara de obviedad me dice:
“la relación está en el concepto de mercancía”, vuelve a desaparecer y sigo
escribiendo… claro! pienso…, dentro de este modelo capitalista las relaciones
sociales entre personas están fetichadas,
ocultadas tras la relaciones sociales entre cosas, tesis fundamental de la
génesis del intercambio elaborada por Marx en “El capital”. Justo ahí es donde
reside el poder de las cosas, justamente en ocultar que son productos de
relaciones sociales, y por ende de origen abstracto en tanto fueron en su
génesis, pensadas, representadas y construidas a través del trabajo puramente
humano. A esta existencia mítica de la “cosa empírica” como existente desde
siempre y al ocultamiento de su génesis, Hegel lo llamó “recaída en la
inmediatez” (en la forma concreta, agregamos nosotros).
El objeto de la investigación
psicológica en su versión empírica no escapa a esta lógica de la mercancía y
más aun si es el mercado quien regula la producción de subjetividad social.
Desde esta perspectiva ya no podemos pensar la diferencia entre modelos de
investigación como referente solo a diferencias teóricas y epistémicas (esto es
lo explicito y consiente), sino también al modo de adherir en la praxis de la
investigación a determinado proyecto político-económico o no, y por lo tanto
productor de determinada subjetividad e imaginario social.
La investigación empírica-positiva
siempre parte de una hipótesis sesgando y recortando lo complejo de las
relaciones humanas a uno o algunos factores; el tipo de investigación que
proponemos siempre parte de un problema, de un síntoma y destruye toda
posibilidad mono-causal (causa-efecto) para introducir la
múltiple-determinación de los fenómenos. La investigación basada en lo concreto
siempre se queda en el terreno de la explicación, es decir lo que hay detrás de
lo manifiesto y se conforma con ello; nuestra investigación parte de lo
concreto, pasa por la explicación, pero no se conforma y reconstruye en lo
pensado, la génesis.
¿Cómo podemos esquivar la recaída
en la inmediatez a la hora de investigar?
Una de las opciones es utilizar los conceptos
desde la noción de “caja de herramientas”[2] y no como theorias explicativas en sí mismas.
La autora propone tres herramientas básicas: la elucidación crítica de
Castoriadis, el análisis genealógico de Foucault y la deconstrucción de
Derrida. Nosotros podemos sumar la concepción dialéctica-genética de lo humano
de Marx y la concepción dramática del objeto psicosocial a investigar.
¿A que nos referimos con
concepción dramática?
Nos estamos refiriendo a un
concepto que hemos formulado a partir del dispositivo Psicodramatico creado por
Moreno y llevado a su máxima expresión por Eduardo “Tato” Pavlovsky y colaboradores.
Pensar en “dramas” es pensar en “escenas dramáticas”, y en toda escena hay un
texto, personajes, un encuadre y un contexto, como así conexiones simbólicas,
afectivas e imaginarias que conforman una red semiótica-social que orientan y
condicionan el hacer. En psicodrama decimos que el texto colectivo (al menos
dos) es a su vez el contexto social. Al igual que en Lacan, en psicodrama los
sujetos son el contexto, es decir se desdibuja lo individual para incluirse en
el universo social del lenguaje, de los imaginarios, de la reproducción y
producción social (Marx). Los grupos no son “islas” en el “mar” de lo social,
sino mas bien que son como “olas”: producto de múltiples factores y
atravesamientos pero indiferenciadas del mismo “espacio azul” (lo social).
También forma parte de nuestra
propuesta metodológica en investigación psicosocial las formulaciones
inherentes a “Las investigaciones en lo cotidiano” de Mary Jane y Peter Spink,
como así aquellas líneas de reflexión ética en investigación que tuvieron lugar
en el curso de “Epistemología y ética” de Gabriela Fried. Ambos cursos fueron dictados
en el marco de la Escuela de Verano de la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional de la Republica Oriental de Uruguay.
En conclusión, mi propuesta es
que toda investigación humana debe requerir como mínimo la predisposición del
investigador para navegar a la merced de los vientos y las corrientes, un poco
determinadas y un poco azarosas, del mar social y de su historia; teniendo en
cuenta no solo la repetición de lo igual sino la emergencia de lo nuevo; el
investigador debería ser un aventurero que se anima a lo desconocido y no un
ojo en el lugar de la omnipotencia de la explicación, un investigador va a en
busca del conflicto, de la tensión , de la génesis, y no de la causa última y única,
un poco mítica y otro poco delirante. Lo humano es complejo, múltiple
determinado y con una pizca de azar, lo específicamente
humano en palabras de Marx: “no tiene ni un átomo de materia”.
Desde esta perspectiva proponemos
abandonar todo tipo de investigación social solo basada en la epistemología
positiva, cuantitativa, estadística, fenomenológica, para interiorizarnos en una
metodología seria y lo suficientemente abierta[3], que surge
desde las ciencias humanas para abordar un objeto de estudio inherente a las
mismas: “El método dialectico de ascenso
de lo abstracto a lo concreto”, comenzado por Aristóteles, pasando por
Hegel y cobrando su coherencia interna mayor en Marx.
Esta es mi propuesta, nuestro
reto.
Luciano Palacios
[1][1] Más adelante
propondremos una nueva triada ya que consideramos que comporta una matriz
ordenadora de la praxis en investigación.
[2]
Concepto de Foucault retomado por Ana Maria Fernandez
[3] Nos
referimos a una “metodología abierta” en tanto el método no se reduce a una
serie de pasos o algoritmos más o menos rígidos a seguir, tal como plantea
algunas posturas “cientificistas”. Esta
discusión se retomara en el apartado inherente a la “metodología” en
investigación del presente trabajo.
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