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11 de mayo de 2010

“Demanda de análisis”. Lic. Alfredo Eidelsztein


Seminario sobre Cuestiones Clínicas. (24-04-03)
“Demanda de análisis”. Lic. Alfredo Eidelsztein

Alfredo Eidelsztein: Mi impresión es que muchos de los casos de análisis conducidos por analistas y que no funcionan, la mayor parte de ellos no funcionan por problemas que yo propongo concebir en torno a la demanda de análisis. Para decirlo de forma directa: propongo que la demanda de análisis y su mal manejo es una de las causas fundamentales por las cuales los análisis no funcionan. Antes de entrar a proponerles qué entiendo yo por demanda de análisis, que me parece que es una frase que para todos nosotros participa del acervo de frases con las que nos movemos en la clínica pero si uno escanea un poquito lo que ha leído o ha visto lo publicado, hay poco publicado en torno a demanda de análisis. Voy a tratar de desarrollar qué entiendo por demanda de análisis pero antes voy a tratar de proponerles ideas que no son muy importantes pero que para mí participan de por qué los analistas nos posicionamos de x manera, que no operamos adecuadamente con la demanda de análisis.
Primero me parece que tiene que ver con que la damos por dada, la damos por existente en todo caso de consulta al psicoanalista, o sea que suponemos que si nosotros nos ofertamos en la ciudad como analistas, cualquiera que nos consulta está haciendo una demanda de análisis porque ¿qué cosa le vas a pedir a un psicoanalista en tanto que psicoananlista?. El problema que hay ahí es que partimos de un prejuicio y ese prejuicio radica en nuestra condición porque creemos que continuamente nos posicionamos como psicoanalistas tan solo porque alguien nos llama por teléfono.
El segundo motivo que me parece que opera para no considerar adecuadamente la cuestión de la demanda de análisis es que no la consideramos fundamental. No consideramos que allí haya nada fundamental con el cual atender.
Tercero, que creo que ya sí empieza a ser un motivo de los importantes que voy intentar desarrollar algo al respecto hoy, es que creemos que la función que tiene la demanda de análisis confundimos y creemos que tiene el deseo de análisis, en todo caso si no confundimos demanda de análisis con deseo de análisis y los consideramos cosas distintas suponemos que el deseo de análisis es mucho más importante que la demanda de análisis porque para nosotros el deseo es mucho mejor que la demanda. Desde ya quiero plantear mi posición al respecto y les quisiera proponer que para lo que estamos hablando no hay deseo de análisis, no existe deseo de análisis, nadie nos consulta porque posee un deseo de análisis aunque sea dicho como deseo de analizarse, o sea, el deseo de ninguna persona puede ser el deseo de analizarse. La noción de deseo con la que trabajamos en la teoría lacaniana no nos permite hacer esa articulación y les voy a dar la primera articulación que es somera, es superficial, luego nos vamos a meter más profundamente: sería como decir que estaríamos confundiendo el viaje en micro para ir a tomar nuestras vacaciones con las vacaciones; estaríamos confundiendo el vehículo para ir a un destino con el destino, el destino de un análisis es despejar la posición que cada uno tiene respecto del deseo, la condición particular del deseo y cuál es la problemática que esa persona tiene con su deseo que no le resulta accesible el acto que le corresponde a su deseo. Decir que alguien que recibe análisis sería que ha realizado su deseo que ha producido el acto de su deseo consultando al analista, es una paradoja obvia en los términos si reservamos  “deseo” tal como les propongo en la teoría psicoanalítica. Igual les voy a proponer una segunda vuelta al problema de deseo de análisis porque van a ver que cuando termine de exponer lo que preparé voy a terminar afirmando que sí hay deseo de análisis pero en otra posición.
Para todos me parece que es evidente que nos sostenemos los psicoanalistas de todas las escuelas y de todas las décadas - es notable cómo esto perdura - y es que del psicoanálisis solo se pueden dar la lógica de su comienzo y de su final y utilizamos la metáfora freudiana que es como el ajedrez, que solamente se puede priorizar, publicar, discutir sobre aperturas y cierres. Pero en realidad a mi entender me parece que sobre esto que para mí es cierto hay dos problemas: el primero, que si bien se dice esto, no se dice qué es. Se dice: “del psicoanálisis solo se pueden dar las teorías de sus comienzos y de sus finales” pero no se dice qué es, se dice que se puede decir, mi impresión es que no se dice de qué se trata; y me parece que hay otro problema que no está claramente dicho pero que es obvio, ¿vieron lo que nos sucede a nosotros los sujetos humanos hablantes con lo que es obvio pero no está dicho? y es que no hay final posible si no se producen las aperturas. O sea que la apertura es la condición del final: para que haya finales de análisis tiene que darse efectivamente la apertura del análisis, no el encuentro de una persona con alguien que cursó la carrera de psicología en la facultad. Ahora, se entrama a esto que estoy empezando a delinear como problemas vinculados a la demanda de análisis lo que para mí es otro problema y es qué posición suponemos en general todos, si es que se puede hablar así, yo siempre creo que conviene poder hablar también así: hablar de cada caso pero producir la fracción teórica que nos permita hablar de ... la Argentina, yo soy de aquellos que cree que tiene cierto valor, uno puede decir “en la Argentina las cosas están mal” a pesar de que yo no me chupo el dedo y sé que en estos últimos años a 4 ó 5 les fue espectacularmente bien, que las peores semanas de Argentina para 35.000.000 de giles (nosotros) fue excelente para 2 ó 3 chabones que licuaron pasivos: Macri en esa semana ganó mil millones de dólares; en Argentina ganar mil millones de dólares de un día para el otro está bien. A pesar de eso yo creo que sigue siendo válido, el orden simbólico autoriza a hablar de “occidente”, de “la Argentina”, creo que sigue siendo válido y me parece que sigue siendo válido tratar de establecer si hay o no una ideología imperante en psicoanálisis de ¿en qué consiste el trabajo del analista?; hay una problemática en torno a esa posición que me parece que de rebote trae el problema respecto a la puesta en forma de la demanda de análisis ¿y es cuál?, primero hay una: algunos psicoanalistas creen y algunos no psicoanalistas también, creen que la función del psicoanalista es escuchar, que se trata de una escucha. Me parece que el desaguisado máximo lo introduce Foucault cuando opone la clínica de la mirada del médico a la clínica de la escucha que es la del analista, al tipo uno se lo puede perdonar porque él de psicoanálisis no sabía mucho, no tenía por qué saberlo, porque la clínica del analista no es una clínica de escucha y más aún desgraciadamente los médicos practican una técnica de la mirada, vieron que desesperación cuando el médico no te escucha, vieron que hallazgo encontrarte con uno que te diga: “haber cuénteme bien qué le pasa”, uno dice: “ah ... me salvé, uno que me va a escuchar”. El problema de los médicos en occidente es que no escuchan, ellos deberían escuchar, los analistas deberíamos ser capaces de leer no de escuchar, ya eso trae un mundo: por ej. la comunicación de inconciente a inconciente requiere que la posición del analista sea de escucha no de lectura, salvo que uds. lleguen al punto de decir que el inconciente también lee, entonces el inconciente es un hombre moderno de Dios; Dios tiene muchos nombres, un nombre podría ser y habría que ver si no es así para muchos: el inconciente. Supongamos que uds. coinciden conmigo en que la posición del analista no es escuchar sino leer en lo que escucha, de ser así ¿qué debería leer? ¿cuál es la estopa, cuál es el material sobre el que debería leer?, en eso hay dos posiciones esencialmente distintas: una sostiene que es el material tomado “caso por caso”, pero no caso por caso en el sentido de “el hombre de las ratas: un caso, el hombre de los lobos: otro caso”, no en ese sentido de “caso”, en el sentido clínico de caso sino de “oportunidad por oportunidad”, “sesión por sesión”, que el analista lee “sesión por sesión” y es cierto es muy importante la secuencia semanal de las sesiones porque efectivamente la práctica del analista habrán visto uds. si tienen pacientes con una regularidad de 1 ó 2 veces por semana, 3 veces por semana ya no hay, bueno yo empecé con que si eran menos de 4 veces por semana ya no era un análisis, 20 años. Ahora ya de 3 no hay y si alguno le dice 3 a alguien, esa persona dice: “¿por qué, tan mal estoy?”, es como 3 inyecciones por día. Es cierto que eso no es gran cambio, lo que sí es mucho cambio es si tomar o no pacientes que vendrían una vez cada quince días, ¿uds. tomarían pacientes que vienen una vez cada 15 días?, bueno esa es fácil ¿y una vez cada cuatro semanas?, porque la secuencia semanal es crucial, es importantísima, si quieren llevarlo a la larga, si no pescan a lo que voy: ¿tomarían a un paciente una semana por año, dos sesiones por día de lunes a viernes?, supongan que un psicoanalista francés quiera analizarse con alguno de uds. en Bs. As. y que sus únicas chances son de venir una semana de julio y tendría dos sesiones por día de lunes a viernes y el tipo se volvería al lunes siguiente ¿lo considerarían un análisis?, es problemático. Lo que es más frecuente, quienes tenemos varios pacientes muchos de ellos se han ido afuera y te dicen: “¿cómo seguimos: por mail, por chat, por teléfono?”, es un problema que no quise trabajar, es el de “en presencia o en efigie”, yo estoy hablando solamente de la secuencia. Me da la impresión que la frecuencia semanal es crucial primero porque en occidente la cultura de la medición del tiempo es semanal, la secuencia más fuerte de medición temporal en occidente judeo-cristiano en el que habitamos nosotros es semanal, Dios creó al mundo en una semana y un día descansó. El corte es súper significativo, no sé si uds. saben que para la religión que empieza ahí y para muchas otras derivadas aunque no todas, la festividad religiosa más importante es el descanso de ese día. No sé si saben que el sábado es más importante que el Yom Kipur y que el Rosh Hashaná, no hay fiesta más sagrada que el sábado. Con lo cual ven uds. que el corte de la semana es lo más sagrado que hay.
¿Por qué es muy importante que el psicoanalista se posicione en “caso por caso”, o sea, “entrevista por entrevista”? Primero porque requiere de la posición de entrevista por entrevista, sesión por sesión, para ser pasible de digerir lo real ya que lo real se caracteriza por dos modalidades: una es el azar, lo imprevisto y yo no entiendo cómo alguien es capaz de analizarse una semana por año durante 6 ó 7 años para digerir lo real, suponte que fuiste la primera semana de julio a analizarte y fin de julio se te muere un familiar cercano, entonces hablarías de eso 11 meses y 2 semanas después. No veo cómo será ese análisis capaz de digerir el accidente. Salvo que bueno, uno mate al familiar que estaba ya en coma así ya que vas, decirle a la abuela: “dale abuela”. “Caso por caso” también tiene que ser considerado por lo real como repetición porque aunque parezca mentira lo real en psicoanálisis se caracteriza por dos propiedades contrarias: por lo imprevisto  y por lo que repite. Pero cómo pueden uds. contemplar lo que repite si no lo hacen vez por vez. Para que sea otra vez lo mismo la lógica de la posición frente al discurso tiene que hacer otra vez, no puede considerarlo todo en continuidad, tienen que producir un corte sesión por sesión. Finalmente es imperioso trabajar con el corte de sesión por sesión ya no por las dos manifestaciones de lo real sino por el trabajo del inconciente ¿cuándo adviene el trabajo del inconciente? uds.  tienen que generar el espacio de advenimiento del trabajo del inconciente que es entre sesión y sesión. Lo que estoy diciendo es que uds. ya pueden saber lo que puede venir a la sesión siguiente bajo la modalidad de lo real, o sea lo que pudo haber sucedido, pueden suponer que vuestra intervención fue desastrosa porque el paciente no vino a la sesión siguiente y es de esos que nunca faltan ni llegan tarde y justamente uds. hicieron una intervención muy fuerte según creyeron y el paciente no avisó y no vino, entonces pueden uds. evaluar que tuvo que ver con la intervención y podría suceder que el tipo venía con el colectivo por la 9 de Julio, vuelca el colectivo y se mató yendo a sesión. Ustedes se ríen pero si el psicoanálisis no es capaz de digerir el accidente real cuando es uno de los problemas fundamentales de la neurosis..., el problema fundamental en la neurosis es esta modalidad de lo real: “¿por qué me tuvo que tocar a mí?”, es una de las dimensiones más típicas para operar con el sufrimiento “¿por qué soy hijo único?”, “¿por qué tengo 14 hermanos?”, “¿por qué mi padre murió o no murió?”, “¿por qué justo en ese momento y no en otro?”, es una dimensión crucial; la repetición también pero también fundamentalmente porque produce en la escansión que permite el lugar donde advenga un “cuando me fui de la vez pasada no sabés lo que se me ocurrió”. Porque tiene que suceder un corte para que se produzca el lugar donde adviene el trabajo del inconciente, a veces sorprendentemente se produce en la misma sesión: “no sabés, con lo que acabás de decir me acuerdo que...” pero reconozcan que muchas veces se aloja en el intervalo entre sesión y sesión.
Esta es una modalidad, hay otra modalidad que se articular a ésta ya que ésta es imperiosa que es un trabajo más allá del cada caso. A propósito digo “cada caso”, estamos hablando más allá del cada caso; como también más allá de cada sesión, hay un trabajo que es “más allá de cada sesión”. Un problema es que hay muchos psicoanalistas especialmente entre los lacanianos que suponen que no existe tal trabajo, que todo trabajo del analista es solo un “caso por caso”, entiendan que si es solo “caso por caso” no tendríamos que reunirnos nunca para discutir, aprender ni estudiar nada. Yo propongo que sí hay un valor al trabajo, sí vale estudiar neurosis obsesiva e histeria porque no es cierto que solamente el analista se posiciona en caso por caso. ¿Por qué se sostiene que no hay nada más allá del trabajo en sesión por sesión, caso por caso? A veces el caso por caso de esta lógica de “no hay nada más allá de eso”, se manifiesta en la misma sesión, por ej: ocurrencia “a” del paciente: ocurrencia “1” del analista, ocurrencia “b” del paciente: ocurrencia “2” del analista absolutamente tomada como otro caso. Para decirlo de una manera mas banal: “ah, me parece que eso tiene que ver con su madre”, después el paciente dice otra cosa y el analista dice “me parece que eso tiene que ver son papá”. Y así podríamos seguir ya que en esencia no habría ninguna diferencia con que se lo diga en la sesión siguiente: que en la primera le diga que tiene que ver con mamá y en la siguiente que tiene que ver con su papá: “pero Lic. la semana pasada ud. me dijo que tenía que ver con mi mamá” “ah bueno, es otro caso”. Yo no sé porque se ríen porque se practica esto por doquier. Lo que estoy proponiendo es que el trabajo del analista sea atención flotante para la asociación libre y la comunicación inconciente-inconciente. Lo estoy criticando en el sentido de que solamente sea eso y lo estoy criticando porque quienes sostienen esto dicen que cualquier trabajo más allá del “caso por caso” implica la puesta en funcionamiento del saber del analista, no el saber del Seminario de Lacan sino el saber del chabón que está como psicoanalista y que el saber del psicoanalista tiene que quedar para cada caso en suspenso, ya lo dijo Freud: “hay que tomar a cada paciente como si fuese un paciente nuevo”, o sea que el psicoanalista tiene que posicionarse en cada caso como que no sabe nada con lo cual si sale de la lógica del caso por caso se está posicionando como que sabe y si se posiciona como que sabe hace una figura del A o hace consistir al sujeto supuesto saber y esa dirección de la cura no es analítica. Esa es la crítica que se hace a cualquiera de los que proponemos trabajar más allá del caso por caso. ¿Por qué estuve hablando de esto? Porque solamente se puede poner en forma a la demanda si uno trabaja más allá del caso por caso. ¿En qué sesión se pone en forma a la demanda si no?, es un trabajo que  hace más allá a la sesión por sesión, en cada sesión te dicen algo y vos contestás algo, si vos hacés algo de la puesta en forma de la demanda eso va más allá de la sesión por sesión. Ahora, para mí es exactamente al revés. Para mí quienes dicen que el trabajo del psicoanálisis es exclusivamente esto es el motivo por el cual para mí los análisis son tan estériles, porque se habla 10 ó 15 años de lo que se le ocurre a cada uno y no se va a ningún lugar; no se va a ningún lugar y todos están contentos porque nadie quiere ir a ningún lugar, ya que si irían a algún lugar se sentirían mal como analistas porque ellos sabrían a dónde hay que ir y el analista no tienen que saber. Es que la figura de A adviene más fuerte que nunca allí porque se está suponiendo que es el inconciente mismo del paciente quien dirige la cura ¿quién sabe hacia dónde hay que ir?, o sea que si asoció “a” en la primera sesión y “b” en la segunda sesión (el paciente) y “c” en la tercera, “a-b-c” es el recorrido del análisis, entiendan que estamos haciendo que el inconciente tenga una función teleológica, o sea que el inconciente dirige algo porque sabe a dónde va. En ese sentido de vuelta les propongo si en serio quienes trabajan así no están concibiendo al inconciente como una nueva modalidad de Dios. Porque sería un orden simbólico que él mismo sabe hacia donde va. Sería como un castellano que esté produciendo cambios que sabe que están dirigidos hacia que el castellano sea algo en el S.XXII que el castellano ya sabe. Es la psicosis pura, así lo practicamos.
Hay otra modalidad y es que sí hay un trabajo en paralelo al de sesión por sesión y habría que ver en qué posición jerárquica lo ponemos, yo pondría este segundo por encima del primero ¿entienden lo que esto quiere decir? mi impresión como analista es que el análisis “in toto” todo el conjunto de las sesiones y el trabajo que se hizo me impone ir hacia “b”, si la asociación que a mí como analista se me ocurre en función de lo que el paciente dice es hacia “a” tiendo a no decirla, la dejo en suspenso, impongo “b” sobre “a”. Entonces hay otro trabajo del analista que es leer más allá del caso por caso o de la sesión por sesión ¿en qué consiste este más allá?, en la dirección de la cura. Eso es la dirección de la cura: el leer más allá de sesión por sesión. Esta dirección de la cura tiene fundamentalmente  dos momentos, la dirección de la cura se escande en dos grandes momentos: la entrada en análisis, que hoy les voy a proponer designarla como la puesta en forma de la demanda, y el final del análisis como el pasaje de analizante a analista. Para que lo escuchen en Lacan, van a ver qué fuerte es esta propuesta, que el análisis comienza cuando se logra poner en forma la demanda en juego. Es de la conferencia en Ginebra sobre el síntoma, está publicado por Manantial, de Octubre de 1975. En realidad Lacan utilizó tres veces “demanda de análisis”, si tienen una súper herramienta cibernética para buscar en la obra de Lacan, en castellano lo van a encontrar una única vez, pero si buscan en francés (y está el 95% de la obra de Lacan para bajar de Internet en francés) aparece tres veces. Yo voy a proponer trabajar la que aparece en castellano. Dice:

“Debo decir que, cuando propuse dicha cosa, (analizante, que es un invento de Lacan), no había hecho más que parodiar – si me permiten la expresión, dado que toda una tradición es del orden de la parodia - el término analysand, corriente en lengua inglesa. Ciertamente, no es estrictamente equivalente al francés. Analysand evoca más bien el debiendo-ser-analizado y esto no era para nada lo que yo quería decir. Lo que quería decir era que en análisis, la que trabaja es la persona que llega verdaderamente a dar forma a una demanda de análisis.”

La persona que llega verdaderamente a dar forma a una demanda de análisis, esa es la que trabaja. Esto lo estábamos diciendo en función de qué concepto nuevo que propuso Lacan ¿quién es el analizante? el que hace una demanda de análisis. La definición de analizante. Ustedes siempre tuvieron que “analizante” tiene la virtud respecto de paciente que es posición activa pero ¿cuál es la posición activa? ¿cuál es el trabajo que hay que hacer?: producir la demanda de análisis.

“A condición de que ustedes no la hayan colocado de inmediato en el diván caso en el cual la cosa está ya arruinada”.

Si uds. acuestan a alguien en diván antes que se produzca el trabajo que produce la demanda de análisis la cosa está arruinada ¿qué quiere decir? que se da por supuesto que la demanda de análisis ya está y nadie va a trabajar para hacer lo que ya está y ese análisis nunca comenzará con lo cual está garantizado que nunca llegará a su fin.

“Es indispensable que esa demanda verdaderamente haya adquirido forma antes de que la acuesten”.

Después las otras dos están en: “Entrevista a la televisión belga” y “James Joyce como síntoma”.
Entonces, ya está planteada mi posición y les propuse una cita de Lacan que avala mi posición. Entremos en el asunto: ¿qué es demanda de análisis? para que podamos concebir qué significa la puesta en forma de la demanda para que se produzca la demanda de análisis. Les voy a proponer trabajar lo más rápidamente posible primero la noción de demanda que es una palabra súper utilizada en psicoanálisis lacaniano pero no con el estatuto de demanda, o sea no intentamos precisar su uso porque estamos muy tomados por el uso coloquial. No sé si uds. saben que demanda es uno de los términos que del psicoanálisis francés más pasó a todos los psicoanálisis; en realidad ya estaba utilizado “demanda” antes de Lacan, Lacan le da estatuto de noción. Les voy a proponer qué significa la demanda analítica, qué trabajo hay que realizar para que haya puesta en forma de la demanda. Primero un poquitito, lo mínimo a lo que pude reducir la cosa y es qué significa demanda en francés porque es un término que nosotros tenemos que tomarlo del francés. Fundamentalmente dos acepciones: la primera tiene 6 sub-acepciones, la primera de éstas 6 es: “acción de demandar, de hacer conocer a alguien lo que se desea obtener de él”. Observen uds. la entrada del otro, demanda implica otro y ven que ya está desde el lenguaje articulada a deseo. Para hacer un acto vinculado al deseo hay que ofrecer una demanda y es necesariamente a alguien. Después hay un uso que no es importante que es “demanda de matrimonio”; la tercera es “pedido”; en derecho es una acepción muy común: plantear una demanda en determinadas instancias; quinto, también se usa el objeto de la demanda, lo que se demanda es la demanda también y la sexta es que hay una posición en el juego de bridge, hay un movimiento propio de ese juego que se llama “hacer la demanda”; esas son las seis acepciones de la primera. La segunda que es antigua y no muy conocida por nosotros es de 1673 se utiliza como “acción de demandar” y la destaco porque es “buscar saber”. Les preparé de varios diccionarios francés-francés una lista de sinónimos franceses de “demanda” para que estén bien habilitados en el campo semántico. Como sinonimia de demanda primero tenemos: deseo; el segundo: imploración, ruego, súplica; el tercero: pedido, exigencia, orden; nosotros lo utilizamos así ¿vieron? “es una madre muy demandante”, porque para nosotros demanda en castellano está muy vinculado al hacer un reclamo judicial y a las viejas hincha pelotas, la mía por ej. sería una madre muy demandante pero no tiene nada que ver con el concepto lacaniano de demanda porque ¿qué querríamos decir con eso? ¿“mi mamá es muy deseante o muy hincha pelotas o que hace muchos reclamos a la justicia”?. Nosotros estamos en el uso de esa demanda y ya es un uso muy degradado. “Vos sos muy demandante”, en psicoanálisis lacaniano tendría que ser un piropo o sino ¿porqué decimos que la intervención del analista es para que siga hablando?, porque decimos un montón de frases que son totalmente contradictorias. “Llamado”, “pedido”, “candidatura”, “petición”, “oferta”, “investigación”, “requisición”, “conclusión”, “interrogación” y “pregunta”; todas esas son acepciones de “demanda”.
Noción de demanda, ya no “demanda” desde la lengua sino noción o concepto, cuando un término se separa del conjunto de sus acepciones en la lengua, se le transforma al conjunto de sus usuarios en la disciplina no tomar en cuenta los usos sobre la lengua sino tan solo el sistema de oposiciones que tiene con otros conceptos. Para nosotros será canónico la oposición: necesidad-demanda-deseo, donde demanda adquiere un valor en el sistema opositivo con necesidad y con deseo. En ese sentido en el diccionario de psicoanálisis de Kaufmann que es excelente no hay entrada para demanda o sea no lo considera un concepto, en el de Roudinesco tampoco tiene entrada, en el de Laplanche y Pontalis tampoco pero a ese se lo perdona por ser antiguo pero no tanto porque Laplanche y Pontalis participaron en los seminarios donde Lacan desarrolló necesidad-demanda y deseo, en el único donde sí está es en el de Roland Chemama, ahí sí hay entrada y lo plantea como “la posición de dependencia en la que el sujeto queda con el otro por el hecho de que la necesidad tiene que adquirir dimensión de palabra en el mundo humano”. A diferencia del mundo animal, en el mundo humano la persona requiere pasar a palabras sus necesidades, por el hecho de pasar a palabras sus necesidades queda en dependencia del otro. La noción de demanda justamente sirve para dar cuenta de esta dependencia al otro. ¿Saben de qué está hablando esta persona?: alienación, en una forma que hemos criticado ya bastantes veces porque la entrada del otro en Lacan es por separación no por alienación y este hombre pone “dependencia al otro” donde en realidad es liberación por la entrada del otro y es por la entrada del significante con lo cual confunde alienación y separación.
Lacan tiene un uso de noción de demanda que es en la clase XXVI de Junio de 1958 del Seminario V, es la clase donde está el grafo del deseo donde Lacan desarrolla la noción de neurosis obsesiva vía la noción de demanda de muerte que es rarísimo, es el único que lo hace, en general todos los autores hablan de deseo de muerte, Lacan no confunde jamás deseo de muerte con demanda de muerte, para los obsesivos como yo les advierto que en esa clase Lacan utiliza casi 30 veces la expresión demanda de muerte, en una hora y media utilizó 30 veces esa expresión, se nota que se jugó algo ahí fuerte, nadie lo retomó. En esa clase Lacan dice:

“Tratemos de mirar las cosas más de cerca. En esta neurosis obsesiva, como en toda neurosis, lo que nosotros tenemos primero para hacer aparecer, justamente porque no somos hipnotizadores, que no curamos por la sugestión sino que es en un punto más allá que nosotros damos al sujeto una cita y en ese punto,  figurado aquí por la segunda línea, la superior, el horizonte de la articulación significante, y allí el sujeto, como expliqué largamente la última vez, esta confrontado a su demanda.”

Entonces de lo que se trata para el sujeto es vincularse con lo que él dice, esa relación a lo que el sujeto dice es lo que representa la línea superior. El enunciado es uno solo, el enunciado es uno: “vengo a verlo por tal y tal motivo”, lo que se podría grabar en un grabador, eso es el enunciado, no tiene nada que ver con la demanda, esa no es la demanda, la demanda es el producto de la aparición del sujeto en la medida que la persona que consulta se vincula a lo que dice. Por ej. supongan que yo digo esta frase: “x, y, z” y digo lo que me da horror, entonces la relación de lo que yo digo es “horror”, diría “pero eso me da horror”. El sujeto adviene cuando se produce la apertura entre lo que dice y la posición que asume respecto a lo que dice: el horizonte de la articulación significante y allí el sujeto, como expliqué la última vez, está confrontado con su demanda. Es decir que el sujeto se confronta a su demanda no por lo que dice sino por la posición que asume respecto a lo que dice.
Sigo porque es muy interesante:

“Este nivel del mandamiento [ven como pasa de “demanda” a “mandamiento”, van a ver el trabajo que hace que es muy interesante] existe, existe a tal punto que en la verdad, emerge [o sea que no es solamente lo que decimos nosotros, que existe, sino que adviene] . Las notas de Freud sobre el hombre de las ratas —se
trata de un suplemento publicado en la Standart Edition— vemos preciosos
elementos cronológicos aparecer allí. El contenido obsesivo de los primeros decires del sujeto refieren ordenes que recibe: "Darás tu examen antes de tal fecha", o que pasaría si recibiera el mandamiento, dice él: "Te cortaras la garganta””.

La joda es que para él lo tendría que hacer ¿entienden? para decirlo como lo diría la esposa del hombre de las ratas: “¿a vos una boludez que se te ocurre crees que es una boludez que tenés que hacer”, ¿nunca se les ocurrió a uds. matarse?, “ah.. si me pasa eso me mataría” y les pasó “¿y entonces voy a tener que matarme porque lo dije?”, no, eso es una posición, si uds. quieren en esta posición podríamos tener el diagnóstico de neurosis obsesiva: neurosis obsesiva son aquellas personas que tienen una posición respecto de lo que dicen: se les convierte en mandamiento.

Intervención: además esta opción de los otros pisos te abre la posibilidad de confrontarse hasta topológicamente, al estar en otro lugar hay esta cuestión de confrontación.

A.E.: Tal cual pero vamos a estudiar mejor la confrontación, o sea el espacio intermedio.

“En otro contexto estos mandamientos también aparecen en los psicóticos que los reciben y configura el punto ciego de la clasificación de la psicosis saber en que medida los obedecen”.

Es interesantísimo, el tipo que es clínico dice “pero esto también le pasa a los psicóticos”. El problema dice, es que en la psicosis hay un punto ciego y es en qué medida los obedecen, “Lic. yo si esto sigue me mato”  ¿qué hacen? ¿saben si se va a matar o no? no, no lo pueden saber, es un punto ciego. De la neurosis obsesiva sabemos, no se mata ni mamado, si un paciente dice “se me ocurre que agarro las criollitas y me corto las venas” ¿lo internan? si no hace nada de nada mirá si justo va a hacer eso, es un cobarde ... Pero sí es un punto ciego en la psicosis, ¿cómo saberlo? es el problema clínico, hay un montón de casuística que dice que lo hacen.

“La autonomía de esta función en el horizonte de la relación del sujeto a la palabra del mandamiento es algo fundamental”.

Si es autónomo o no, en la neurosis obsesiva se le presenta autónomo, empieza a ser una entidad autónoma, el sujeto ya no lo maneja, “ahora que lo dije lo tengo que hacer” ¡qué boludo!

“Este mandamiento puede quedar velado, fragmentado y en nuestro obsesivo aparece en pedazos entonces la culpa ¿dónde vamos a situarla?.
La culpa, como diría el Sr. de La Palice, es una demanda sentida como interdicta y es habitual que así se la perciba, todo se ahoga en el término interdicción ...”

Está criticando a Freud: “lo que pasa es que eso proviene de algo prohibido y es el retorno de lo prohibido”, entonces Lacan dice que se pisotea el problema fundamental de la relación del sujeto a la demanda con el problema del retorno a lo prohibido.

“ ... al quedar la noción de demanda eludida parece que van juntas.”

¿Dónde ha quedado eludida la noción de demanda? O sea si uno no trabaja con la noción de demanda necesariamente todo se va a juzgar si está prohibido o no está prohibido. Está prohibido, está re-prohibido y en la perversión ya está recontra-prohibido. Toda esta lógica es la lógica freudiana de lo prohibido porque él trabaja con la interdicción del incesto no con deseo de deseo y metáfora paterna. Con lo cual ven uds. que hay noción de demanda y no alcanza con decir...

(cambio de cinta)

Por ej. los niños nos plantean que no somos dueños de nuestro decir: “¿no vamos al cine?”, “no Carlitos, llueve”, “pero vos me dijiste”, con lo cual nos plantean categóricamente que nos consideran deudores debitarios de nuestro decir.
Entonces, tenemos la noción de demanda que es la posición que se asume respecto de lo que se dice y no el contenido material del decir y hemos enganchado un atributo muy importante y es que implica al otro.
Ahora quisiera ablandarles el oído con demanda inconciente, porque también considero que hay un problema y es que como el decir siempre es inconciente, esto es, no hay deseo conciente, la lógica dual muy de moda en estos momentos, el psicoanalista que más desarrolló en nuestro mundo lacaniano la lógica dual que es J. A. Miller propone que toda la enseñanza de Lacan es monista. Es un contrasentido total. Él dice que Lacan busca la mónada y que es fundamentalmente la pulsión, que la pulsión es unitaria para Lacan mientras que para Freud es múltiple.
En este sistema de oposición si el deseo siempre es inconciente ya la demanda se presentará cayendo como conciente y si para colmo es lo que decís, necesariamente es conciente lo que decís. ¿Entienden lo que estamos trabajando?: el enunciado y la enunciación. Ya la demanda implica el posicionamiento de enfrentarse a lo que se dice por eso puede haber puesta en forma, por eso para nosotros ya la puesta en forma la adquiere la estructura del grafo del deseo como mínimo y no el decir a la letra. Los que trabajan “sesión por sesión” trabajan muchísimo con el decir tomado “al pie de la letra”. Pero con el decir tomado al pie de la letra ¿dónde metés la posición que asume quien dice respecto de lo que dice?, ya no hay lugar donde plantear.
Seminario VIII “La Transferencia”, Clase XIV, 15 de marzo de 1961, lo elegí para que uds. escuchen que Lacan habla de demanda inconciente:

“Es en la medida en que creemos poder responder a la demanda que estamos en el sentimiento de comprender. Sobre la demanda, sin embargo, sabemos un poco más que este abordaje inmediato”.

¿Qué es abordaje inmediato?, comprender: “Por favor ¿me das soda?”, le das soda. Lo que pasa que ahí, si vos le das soda a quien te pide soda no has tomado “demanda” en el sentido “noción de demanda” de Lacan, obviamente para muchos pensando que es la forma en la cual evolucionó rectamente la fallida oposición pero muy interesante de palabra vacía y palabra plena, entonces palabra plena que no existe pasa a ser levantada como demanda.

Andrea Leiro: con lo cual no responder a la demanda sería: “¿puedo ir al baño?: No”, “me da un vaso de agua: No”

A.E.: Claro y después de 3 minutos le cortás la sesión para que aprenda, por neurótico.

“Precisamente en esto que sabemos, a saber, que la demanda no es explícita, que es aún mucho más implícita, que está escondida para el sujeto, que está como debiendo ser interpretada”.

Entonces cuando una persona los consulta por más que les digan lo que les digan uds. no pueden partir por considerar que el sujeto tenga la menor idea de lo que demanda en lo que pide, hay que establecer lo que se demanda, más aún, ustedes tampoco. Con lo cual el primer trabajo del analista es establecer qué se demanda en lo que se pide, pero no por el deseo, ya voy a ir a eso.

“Y es allí que está la ambigüedad, en la medida en que nosotros, que la interpretamos [fíjense qué problema: es clínico] respondemos a la demanda inconsciente en el plano de un discurso que para nosotros es un discurso concreto”.

¿Entienden el problema? es que si ustedes interpretan la demanda y como la demanda es implícita, si una demanda es implícita fundamentalmente antes del contenido particular de cada una de ellas ¿qué demanda la demanda si es implícita?: ser interpretada. Un mensaje encriptado ¿qué demanda primero que todo?: ser des-encriptado. Con lo cual fíjense el problema que se plantea que cada vez que ustedes interpreten, al interpretar la demanda están respondiendo a la demanda; el problema de no responder a la demanda es decir que no a lo que la gente pide, pero hay que ver si se puede no responder a la demanda en el sentido de noción de demanda que además no es implícita porque necesariamente para poder decir algo de ella tienen que interpretarla y al interpretarla estamos respondiendo a la demanda.

“Es allí que está el sesgo, la trampa, y que desde siempre intentamos del mismo modo deslizarnos hacia esta suposición, esta captura que nuestra respuesta, el sujeto de alguna manera debería contentarse con lo que sacamos a luz a través de nuestra respuesta, algo con lo cual debería satisfacerse.”

¿Entienden cual es la trampa en la que podemos caer los analistas?: en suponer que al interpretar la demanda el sujeto debería quedar satisfecho, pero como la demanda es inconciente, es implícita, requiere interpretación. Nosotros respondemos a la demanda al interpretarla, ahí tendríamos que tener la salvedad de que no habría que dejar satisfecho al sujeto porque si lo haríamos ahí sí estaríamos respondiendo a la demanda. No responder a la demanda es entonces que quede como resto de la interpretación un dejo de insatisfacción en la posición del analizante. Lacan opera con “demanda” como esencialmente inconciente, con lo cual si el deseo es inconciente entonces necesariamente la demanda como noción psicoanalítica, también.
Un paso más para que vean que las oposiciones no son tan fáciles de producir. Yo cuando preparo estas intervenciones que hago aquí en Apertura calculo el estado que ustedes podrían llegar a adquirir a este punto si uds. son más o menos parecidos al psicoanalista promedio que yo conozco en la ciudad, entonces el problema con el que me encuentro y lo que quiero atacar ahora es que temo que uds. digan “ah!!, claro, inconciente es la demanda inconciente porque el deseo es inefable”, el problema es que si ahora la demanda es inconciente ¿cuál es la estopa del deseo?, uds. dirían: “ya me lo había dicho J.A. Miller, el deseo es lo inefable”.
La entrevista de Paolo Caruso en las entrevistas a Levi-Strauss, Foucault y Lacan que este tipo publica en 1967 publicadas por Anagrama (son hermosas las tres); una sección de la entrevista a Lacan, dice Paolo Carusso:

- Por lo tanto ¿usted impostaría de esta manera las relaciones entre lo vivido y lo lógico?.
Lacan: Creo que la sustancia de lo vivido es lo lógico y este famoso “vivido” en el fondo es una noción ¿cómo decirlo? ...
- ¿Abstracta?
Lacan: bueno, hasta cierto punto. Sí, se presta a toda clase de abusos.
- En la medida que usted se refiere a una cosa inefable, inexpresable en términos lógicos.

¿Ven hacia dónde se corre?: lo vivido, lo lógico, el tipo que habla con Lacan dice: “lo abstracto” y ya está lo inefable. Es un camino que en occidente lo hacemos en 3 minutos. Miren lo que dice Lacan sobre lo inefable:

Lacan: “yo estoy dispuesto a admitir lo inefable. Vivimos en lo inefable, pero si es inefable no hablemos de ello. Tomemos como ejemplo el deseo, hay una toda una dialéctica del deseo y de la demanda, no importa que no pueda ser articulado a su nivel fenoménico que es absolutamente vinculante: no hay nada tan insistente como el deseo, se trata de saber para qué sirve. Yo llego hasta aquí, yo tengo una teoría que explica para qué sirve el deseo. Es una escalerilla que nos permite encaramarnos y superar los límites fijados por el principio del placer.”

El deseo es una maquinita que nos permite a algunos ir más allá del principio del placer sino nos quedaríamos en el principio del placer y en eso seríamos animales. No somos animales porque vamos más allá del principio del placer, ¿qué es lo que nos permite ir más allá?: el deseo.

“Pero no basta que el deseo no sea inefable por naturaleza y verdaderamente no es inefable desde el momento que no busca sino su propia teorización: se hacen miles de cosas para sugerir cuál es nuestro deseo, ...”

O sea no hay nada que busque más ser dicho que el deseo. En general muchos lacanianos dicen que justamente por eso es inefable.

         “... digamos inarticulable en su especificidad para todos.”

¿Entienden?, no se puede decir ¿qué desea una mujer?, aunque Freud decía que deseaba niños. Yo no sé cómo las mujeres se la bancan tan ... ¿las chicas lo que desean como sujetos en la vida es “niños”?, la ecuación pene-niños es una catástrofe. Lo que Lacan dice que no se puede decir que el deseo sí, si tiene algo de inefable, si es que lo tiene de inarticulable es en la medida en hallar la especificidad para todos:

“El hecho de que no sea articulable no implica que no esté articulado, al contrario, está suspendido en articulaciones que surgen en otra parte al nivel de la demanda”.

Quiere decir que nosotros en psicoanálisis trabajamos con la demanda y el más allá de la demanda, pero nosotros solemos creer que Lacan está queriendo decir que nosotros trabajamos con la demanda, lo que el sujeto dice, y su más allá que es el deseo. No. Para que advenga aquello a lo que nosotros nos referimos como “deseo”, hace falta que advenga la demanda y ¿qué es la demanda?: la posición que asume una persona respecto de lo que dice. Es así que cabalmente en psicoanálisis la demanda siempre es inconciente: “que se diga, queda olvidado tras lo que se dice en lo que se entiende”. Ese “que se diga” no es el deseo, es la demanda.
Ahora un pequeño desarrollo en torno a qué hace falta además decir de la “estopa” de la demanda (hasta ahora no dijimos cuál es su materialidad) para luego terminar de decir qué entiendo yo que implica la transformación de la demanda para que ella advenga como demanda de análisis: la puesta en forma de la demanda para que la demanda sea analítica.
La demanda es una cadena significante del Otro que se repite. Voy a trabajar esta fórmula. Estoy hablando de su materialidad, la estopa, cuál es su sustancia.
“Cadena”: por “cadena” estoy proponiéndoles que es una línea cerrada que en topología concebimos como línea cerrada de Jordan y que en la teoría de Lacan implica la articulación s1, s2. Por ejemplo: para que haya demanda hace falta que haya cadena significante del Otro que se repite pero cuando se cumple el primer requisito que es “cadena” por ej. supongan que yo estoy en el nivel superior, no lo que la persona me dice sino lo que interpretamos que dice: “vengo a verlo porque me separé”, supongan que la persona viene al analista con la idea de que perdió el trabajo, luego de varias entrevistas surge que en realidad el trabajo lo había perdido hace tres años y que aparte vive de rentas que le van a permitir seguir viviendo 40 años más y que en realidad la semana pasada se separó, entonces la persona puede concluir “en el trabajo que se hizo”, uno podría decir: “¿y por qué lo pone tan mal haber perdido el trabajo?”, eso no es responder a la demanda, eso es no trabajar con demanda, es trabajar con el enunciado, eso es lo que tendrían que hacer los médicos, trabajar con los enunciados, pero los médicos ni escuchan los enunciados. Supongan que en las entrevistas es porque “se separó”, ¿ya tendríamos nosotros la cadena?, no, porque yo les propongo que “vengo a verlo porque me separé”, allí “me separé” vale por s1, hace falta el s2 que coherentice el valor de s1, o sea que haga bucle.
El otro día me pasó lo siguiente: yo corro con un grupo de amigos y uno de ellos se separó, viene de frente a mí y me dice: “me separé”, yo no sabía qué decirle, “ah ... bueno, lo lamento”, y él me dice: “no boludo, estoy contentísimo”. O sea, yo no había trabajado gracias a Dios como analista, me ví identificado, vaya a saber qué cosa había pensado y tomé que esa frase, toda ella, era una cadena y en realidad me había enfrentado a un único elemento. Eso tienen que autorizar ustedes: que en psicoanálisis un significante no es una cadena de fonemas, a veces también requiere de varios significantes de la lingüística puestos a trabajar. Con lo cual el “vengo a verlo, no porque perdí el trabajo, sino porque me separé”, hace falta el s2: “y eso me pone muy triste”, hace falta al menos eso, Lacan lo escribe: s1, s2. Lo que quiero decirles es que no pierdan de vista que el elemento del que se parte es un eslabón, es un anillo en todo caso, nunca un significante, no podemos trabajar con 1 significante, no tiene valor de elemento para nosotros, no sabemos qué hacer. Si yo digo que la demanda implica cadena ¿qué estoy diciendo? que al menos me hace falta otro anillo más. Lo que estoy proponiendo es que si se separó y se puso triste, eso tiene que ver con otra escena, la otra escena donde “el separarse” se establece como algo triste. En realidad no sabemos qué quiere decir “alguien triste”: “yo te veo bien” – “estoy hecho mierda, estoy re-triste” – “ah, no se te nota”, ¿cómo se nota? ¿qué es triste?. Lo que estoy diciendo es que la asociación entre “me separé” y el valor que adquiere para que haya demanda tiene que haber al menos “cadena”, lo que Lacan define en Instancia de la letra como “englobamiento creciente”: “anillos cuyo collar se sella en el anillo de otro collar hecho de anillos”. Si no tienen esa estructura no tienen la posibilidad de establecer la demanda: hay que establecer primero cuál es el s1 en cuestión, no era “pérdida de trabajo o desempleo”, era “separación”. Lo que s1 quería decir lo logra decir por el vínculo con s2, ahora el que ese s1 quiera decir eso en su relación con s2 no puede ser algo que provenga de las propiedades ni de s1 ni de s2, porque como son significantes no significan nada, provienen de otra escena con lo cual hace falta un sistema mínimo de dos bucles s1, s2 por eso digo de “cadena”.
“Significante”: fundamentalmente aquí el valor de significante es querer decir, entonces el significante bajo la lógica del querer decir, nunca hay que olvidar que “a” no lo puede decir, el significante quiere decir pero no lo puede decir. ¿Vieron la definición en el diccionario?: un término que quiere decir; lo quiere decir pero no lo puede decir. Pero a su vez respecto de un significante cualquiera tomado como palabra, como “vaca”: si “vaca” quiere decir “la esposa del toro”, lo quiere decir pero no lo puede decir, pero a su vez el que nosotros digamos “quiere decir”, quiere decir que quiere decir algo más.
“Del Otro”: y aquí el genitivo les propongo utilizarlo en ambos sentidos. Son dichos por el Otro y dichos sobre el Otro. Además esto tiene que tener una estructura de repetición. El abrazo s1, s2, que llamamos “a” al s1, s2, que llamamos “b”, o sea la cadena “a-b”, tiene que repetirse para que ustedes tengan demanda.
Observen que es lo que nosotros consideramos gran parte del trabajo de un análisis. Es por este motivo (que se repite) que cuando publiqué el libro sobre el grafo del deseo, yo propuse cerrarlo para que se pueda inscribir allí que en este repetirse se produce algo de la índole del cierre. “Cadena significante del Otro que se repite” es un trabajo que va más allá de “sesión por sesión”, las preguntas que motivan el trabajo que produce estar asustado, son preguntas que van más allá de sesión por sesión. Si uds. no hacen ese trabajo más allá de sesión por sesión, a mi entender, jamás van a tener la demanda inconciente.
“Puesta en forma”: me parece obvio que la frase “puesta en forma de la demanda” es “puesta en forma analítica de la demanda”. Sin lugar a dudas en la vida cotidiana en los vínculos subjetivos de alta trascendencia también tenemos que ser capaces de leer la demanda inconciente. Los más grandes yerros que ustedes cometen en las relaciones de alta significación subjetiva para ustedes ¿no es fundamentalmente cuando dejaron de leer la demanda y respondieron a lo que supuestamente era la demanda?, cuando una persona dice: “pero si era lo que vos me pedías, “no tarada, era lo que yo te decía ¿no te diste cuenta que yo te lo decía para que no?”. Están cogiendo y él le dice a ella: “¿nunca me vas a hacer los cuernos con un amigo?, dale ...”, la agarra él cogiendo con un amigo y ella le dice: “si era lo que vos me pedías”, ¿qué es lo que pedía el tipo?, porque algo le pedía: que ella le hable de coger con otro tipo mientras cogen, eso es lo que él pedía, no que coja. ¿Les parece muy alejado de la vida cotidiana?, ¿no se mandaron una de esas?, ah! nunca les pasa nada!. ¿Nunca les pasó en el colegio deschavar a un compañerito porque siempre la maestra decía que había que hacer eso y uds. van lo deschavan y la maestra les da un cachetazo por buchones? y uno dice ¿pero qué quiere ésta?. La única forma de zafar de ese problema es decir ¡qué histérica!, dice una cosa y quiere otra. No, ¿quién dijo que lo que uno quiere está en el texto material grabable de lo que dice? Nadie. Cuando un ministro de economía de la Argentina por cadena nacional dice: “por el bienestar de todos ...”, cagamos porque te va a venir el palazo en el culo inmediatamente, con lo cual eso es lo que dice pero qué quiere en lo que dice, hay que leerlo. Al otro día vienen los comentaristas de los diarios que son los tipos que leen en el discurso, que no tiene que ver con el deseo de nadie. Lo que se lee en el discurso del ministro que no es lo que él dijo no tiene nada que ver con el deseo de nadie. O sea que la demanda inconciente no tiene directamente conexión con el deseo, no lo implica.
Entonces, la puesta en forma analítica de la demanda, o sea el trabajo para producir demanda de análisis (que es lo que produce el analizante), cuando hay demanda de análisis es que hay analizante. Ahí yo tengo un problema con la cita que leí al comienzo de la intervención de hoy que, para los que leyeron la revista Imago donde publiqué un artículo, el problema que tengo con Lacan es que no sé si él está diciendo metafóricamente o realmente el problema del uso del diván, porque me parece que no tiene nada que ver con el diván. Que la puesta en forma de la demanda para que sea demanda analítica es un trabajo que hay que hacer y que tiene una meta: su logro, que sea logrado y que a partir que se lo ha logrado el paciente pasó a ser analizante. Ese pasaje de paciente a analizante que es la puesta en forma de la demanda les propongo pensar que no tiene relación directa con acostar a alguien en el diván. Decirle a alguien “recuéstese en el diván” no significó precipitar la entrada en análisis. Supongan este problema: con un paciente tienen una lucha de miradas insoportables, que no es una persona dócil a soportar tranquila la mirada, es un lío donde poner la mirada; entonces uno podría decirle: “mire, yo no creo que ud. esté para comenzar verdaderamente un análisis pero me parece que igualmente conviene que pase a diván” ¿no se puede decir eso?, se puede decir eso y cualquier otra cosa más. No hace falta que el diván quede cernido porque es una interesante herramienta para hacer cierta operación sobre la palabra en detrimento de la mirada sin que necesariamente haya puesta en forma analítica de la demanda. La persona podría decir: “¿y entonces por qué me recuesta en el diván?”, y uno podría decirle: “¿qué se le ocurre?” y hasta podría ser que a la persona se le ocurra que tiene que ver con la mirada. Otra cosa muy distinta es decirle cara a cara: “¿cómo me mira eh!?”: ahí pasa a ser problema de uno la mirada del otro, mientras que si el otro pregunta por qué, ya es otra cosa. Es un recurso que no hay por qué dejar asociado indisolublemente a la entrada en análisis pero Lacan dice que sí, salvo que sea una metáfora.
Entonces, la puesta en forma analítica de la demanda que es aquel trabajo que cuando se concluye con éxito produce el analizante, el primer gran corte del trabajo analítico, entonces la entrada de análisis .... yo lo representé con una línea: si uds. quieren escribir la primera entrevista con un paciente y la última, la entrada en análisis seguramente estaría por aquí:




que es el pasaje de paciente a analizante, es un primer paso que requiere mucho trabajo y a veces hay análisis muy exitosos tan solo porque son capaces de producir esto, alguien que puede empezar a vincularse con una posición respecto a lo que dice ¿cuántas personas conocen ustedes que son insoportables en la convivencia con ellos y ellos mismos viven como el orto porque no quieren para nada escuchar y leer lo que dicen?.





La puesta en forma analítica de la demanda que les propuse distinguir del dispositivo y del diván, entiendo que puede haber un análisis pleno con alguien cara a cara y que pueda haber una propuesta del analista de pasaje a diván muy adecuado para el éxito de la dirección de la cura sin que ello implique el comienzo del verdadero análisis. Tres son los andariveles que les voy a proponer considerar en el cierre de esta exposición sobre este problema:
a)      Lo primero. El trabajo consiste en establecer la pregunta y elaborarla, de por qué consulta y/o qué le pasa obviamente a la persona que consulta, trabajamos con “persona” no con “individuo” porque individuo es una forma muy chota de pensar a la persona. Si les gusta más sofisticado: sujeto humano hablante, no tiene nada que ver con el sujeto del inconciente, porque la respuesta es sujeto del inconciente, la repuesta a la pregunta “por qué consulta o qué le pasa”, o sea el asunto, es el sujeto. Sujeto del inconciente es: “y me pongo triste porque me separo”, no “yo, quien lo digo” porque podríamos decir que no es cierto: “yo no dije eso”, ese es el producto de un trabajo de lectura sobre lo que yo dije y segundo que no hace falta que yo lo diga para que eso sea dicho y tenga pleno valor. Vieron cuando viene en su dimensión más verdadera lo que más me suele producir a mí que estoy vinculado a eso que se podría decir que yo lo dije: en realidad es una enorme sorpresa. Difícilmente yo me sorprendería de algo que diría yo mismo. Con lo cual el primer trabajo es el advenimiento del sujeto que no es para nada una forma prolija de decir “la persona que viene”, la persona que viene hay que establecer por qué viene, cuál es el asunto. Esta forma de concebir al sujeto como sujeto del inconciente, como asunto, les propongo que en el trabajo del que estoy refiriéndome hay una implicación hacia la unicidad. No puede venir porque “me separé”, “ando mal en el laburo”, “tengo problemas de sueño” y “a veces tengo eructos y el médico dice que son psicosomáticos”, sépanlo, está muy bien que vaya a ver a un psicólogo una persona que tenga todo eso pero no tiene el asunto, no está, falta la lectura que haga de eso el asunto. El asunto es singular; ¿ustedes saben cómo Lacan llama al sujeto del inconciente en su valor singular?: sinthome. Lo que estoy proponiendo es el síntoma como el sinthome, o sea la condición singular, no puede ser una multiplicidad lo que esté en juego. Si es una multiplicidad no hay que desesperar, tienen que saber que el trabajo es muy preliminar, que todavía ustedes no saben. Me dirán ¿por qué?, ¿amás la unicidad?, en el caso de la clínica sesión por sesión esta unicidad no se logra nunca: a=digo 1, b=digo 2, c=digo 3 y esto sigue invariablemente, hay un trabajo que producir que es la singularidad, eso se llama el sujeto y la forma de designar Lacan en clínica psicoanalítica al sujeto en su singularidad es el síntoma. ¿Por qué es requerido que sea el síntoma? Si les digo síntoma, queda clarísimo que no puede ser goce, porque si yo digo goce estoy erradicando la condición singular, si yo digo “goce fálico” o “goce no-fálico”, yo no sé qué carajo es, si ustedes tampoco saben hacemos una comunión perfecta, no tengo la menor idea cuando en la EOL dicen “goce fálico, goce no fálico, goce fálico...” yo a veces ni en la calle sé decir si es una mina o no es una mina y es un travesti. Pero no estoy hablando de goce porque si yo digo de alguien: “se trata de goce”, estoy erradicando ex profeso cualquier condición singular. Estoy proponiendo que lo que primero hay que establecer es el asunto y ese asunto no es asunto de goce, es todo lo contrario: establecer la condición singular.
b)      Van a ver el motivo por el cual yo exijo, entiendo que como lo hace Lacan al final de su enseñanza el establecimiento del sujeto del inconciente en su condición singular, el sinthome, porque requiero de saber qué quiere en relación al asunto la persona que consulta. Una vez establecido el asunto, si es “eructos” querrá que se le vayan y vieron ahí las sorpresas ¿no?: “no, yo no quiero que se me vayan” y ahí empiezan a aparecer asquerosidades: “a mí me gustaría que fueran así, asá”. Lo que requerimos para el establecimiento de la demanda es ¿qué posición asume la persona que consulta respecto del sujeto del inconciente? por ej. puede decirnos: “yo de eso no quiero saber nada, estoy lleno de síntomas, me siento como el culo, me recomendaron que lo venga a ver a usted, yo quiero que usted me ayude a sacarme este sufrimiento de encima porque no lo soporto más pero yo de eso que surgió, no quiero saber nada”, sépanlo, ahí no hay posibilidad de análisis porque la demanda esa no tiene la posibilidad de ser convertida en demanda de análisis porque la condición que tiene que tener la relación de la persona que consulta con el sujeto del inconciente es querer saber, la persona tiene que querer saber. Igualmente tranquilos, ya veo que mañana ustedes en sus agendas dirán: “este no, este no ...”, que no quiera saber no quiere decir que no pueda querer saber. Lo que sí advierto muy claramente a ustedes quienes dirigen eso ¿han trabajado ese problema? ¿saben por qué no quiere saber?, supongan que tiene miedo de saber ¿por qué tiene miedo de saber?, quizás tenga miedo de saber sobre el sujeto del inconciente porque tiene una fantasía que le indica que va a sufrir muchísimo si se entera de lo que se trata y ahí sí tendrán por ej. que intervenir quizás un poco sugestivamente, garantizándole que si el trabajo está bien hecho va a obtener más bien alivio que sufrimiento. Mucha gente arruga porque dice: “no, yo no me voy a meter con ese problemón”. Si ustedes no plantean la cuestión, no están trabajando sobre el asunto. Querer saber: ¿en qué radica el trabajo sobre el saber? plantear la pregunta, o sea sobre el sujeto del inconciente que advenga la pregunta. Ustedes saben que para Lacan el que advenga la pregunta es la prueba de la presencia del sujeto en lo real. Que el analista pueda decir: “para mí su asunto es tal” no alcanza con que exista el sujeto, lo que ustedes hicieron es la maniobra que potencialmente lo podría hacer existir ¿cuándo ese sujeto del inconciente existiría?, cuando la persona que consulta y en torno al decir de ella se estableció ese sujeto, haga una pregunta sobre él. No lo confundan nunca con la persona. Uno podría haber dicho: “¿podríamos investigar cómo es la pulsión anal en la esquizofrenia de muchachos finlandeses entre 12 y 13 años?, sí muy interesante pero no lo vamos a hacer”, con lo cual esa investigación no existió, hay que ponerla a trabajar con lo cual ustedes son capaces de enunciar el sujeto del inconciente pero eso no lo hace existir, para que exista en lo real, para que produzca cambios comprobables en le vida diaria, tiene que advenir y la forma de advenir es que haya pregunta y debe ser igualmente una pregunta con condiciones, esas condiciones son: incluir la causa, la condición particular y la historia. Observen ustedes que estoy rechazando que la relación que requería la entrada en análisis sea querer quitarse un goce de encima. Miller dice que un análisis comienza cuando un cuerpo que sufre se dirige al analista y que el trabajo comienza cuando se lo quiere sacar de encima y que hay un montón de gente que no se lo quiere sacar de encima, es verdad, hay un montón de gente que no se lo quiere sacar de encima pero no por eso quien demande quitarse un sufrimiento de encima ha hecho una demanda analítica. La demanda para ser analítica tiene que operar en torno no a un goce, sino a un sujeto del inconciente, a un eso que dice algo y tiene que operarse sobre eso una pregunta específica, no cualquier pregunta, es la pregunta por la causa, la condición particular y la historia. Por ej. si es una pregunta que elude la cuestión de la causa no puede advenir como pregunta que origine un análisis. Hay gente que lo dice: “Bueno Lic. está bien, supongamos que las cosas son como usted dice, pero yo ahora no quiero empezar a revisar a ver de dónde eso viene, es así y ahora ¿qué hacemos con eso?”, es una trampa porque si no conocemos sus causas no hacemos nada. Hay mucha gente que trae esa posición, el otro día me dicen: “yo le aviso que más de seis meses ni por putas”, ya en la tercera entrevista se va yendo, no se trataba del tiempo, se trataba con que no quería encontrarse con las causas.
c)      ¿A qué figura del Otro dirige su demanda?. Entonces la primera es ¿por qué consulta, qué le pasa?, después la pregunta por el sujeto, qué posición asume respecto de ese sujeto y tercero: a qué figura del Otro.

(cambio de cinta)

Demanda de análisis requiere una figura del Otro, yo les voy a presentar 2 ó 3 para cerrar esta exposición: médico, psicólogo y analista porque estoy queriendo con ustedes dejar de trabajar que la figura del Otro es sujeto supuesto saber. No alcanza porque el psicólogo y el médico son sujeto supuesto saber ¿por qué me sugestiona tanto la palabra del médico si yo no le supongo saber?, observen que sujeto supuesto saber para caracterizar la relación al Otro en la relación analítica vía la transferencia no alcanza. Al médico no sirve porque se considera que la causa es del cuerpo y que la operatoria es medicamentosa. Ustedes podrían decir “pero yo no sé si me toma como médico o no”, supongan el caso de Irene que está diplomada como médica y en Argentina se autoriza a los que están diplomados como médicos, llamarlos “doctores”, no sé porque ese curro de los médicos y los abogados ya que nosotros estudiamos tan poco como ellos y nos dicen licenciados, no nos dejan llamarnos doctores. ¿Cómo sabe Irene a quien la llaman doctora si la consultan como doctora o como psicoanalista?, si quien consulta cree que la causa está en el cuerpo y que la operatoria es sobre el cuerpo no está remitiendo su demanda a un analista, porque para que sea a un analista se trata del sujeto del inconciente en una lógica de saber. A un psicólogo (ustedes todos pueden ser tomados como psicólogos): ¿cómo se distingue un psicólogo de un analista?, todos dicen “a ha”, todos toman nota, todos llevan a Lacan debajo del brazo. Yo les propongo que justamente es el síntoma, el sinthome, porque el psicólogo trabaja en una lógica no singular, por ej. una persona que intervenga así: “un paciente me contó que coge una vez cada dos meses y a mí me pareció muy raro y le dije ¡qué raro!”, eso es un psicólogo, porque considera que la norma es coger ... ¿saben cuál es la norma? las veces que coge ese o las que piensa que debería coger. Ahí tienen un psicólogo porque no opera en hacer del sujeto un sujeto singular sino que opera sobre una generalidad y todos los que intervienen desde la lógica de lo raro: “me pareció muy raro y se lo dije”, tienen que revisar muy bien eso para ver qué lógica aplican en ese “me llama la atención” porque si es un encadenamiento que de pronto produce un bucle que no encadena para nada, ahí sí, pero si es porque coge cada dos meses, están interviniendo aunque usen diván, lean a Lacan y se analizan en París, como psicólogos. Si el paciente les pregunta: “¿esto es normal?” sepan que esa demanda implica una connotación que no es analítica porque se está dirigiendo a un psicólogo aunque quiera analizarse con un analista porque sabe que son más profundas la terapias con un analista. Por otra parte la posición del psicólogo es no causal, la mayor parte de los psicoanalistas lacanianos en ese punto son no causalistas: “es un goce”, y ya no pierden el tiempo buscando la causa de ese goce porque eso es neurótico para ellos porque hay un goce siempre, entonces para qué buscar la causa si uno tiene que identificarse al síntoma. Hay un gran problema ahí porque el goce salvo en su singularidad no es causal, entonces no se trata de goce sino de su singularidad y en su singularidad no es fálico ni no fálico. Un paciente: entre las 12 y las 13 hs le da sueño esté donde esté, no es un chiste, se dio cada golpe con el coche terrible porque se duerme manejando, ese sopor que le dá es una modalidad del goce. Si uno le propone al sujeto una búsqueda de la causa ¿qué directamente y necesariamente está diciendo?, que no lo sabe. Si uno le dice “es un goce”, a un amigo mío le dijeron “lo que pasa es que usted tiene un goce enquistado en su fantasma”. ¿Entienden lo que eso significa?, una posición de alguien que es ultra lacaniano y se posiciona como que sabe, ya sabe y la pregunta queda elidida en el punto del por qué. Porque eso parecería que es una esencia de las cosas y “¿yo por qué carajo tengo un goce incrustado en mi fantasma, por qué no lo tenés vos?, que lo más probable es que sea así, vieron que esas cosas son ultra proyectivas, a ese tipo le debe estar pasando lo mismo que al analista pero el analista hace 30 años que tiene esas cosas incrustadas, son ultra proyectivas. Aunque se argumente mucho sobre el sujeto supuesto saber, primero hay muchas figuras del sujeto supuesto saber en occidente que nada tienen que ver con el analista y por otra parte el analista fundamentalmente es alguien a quien se le dirige una demanda inconciente reclamándole que en un punto no sepa. Finalmente en la demanda de análisis está implicado también en la figura que se dirige al Otro que pague con su persona, en las otras no. Por ej. lean los casos de los pacientes de Freud con Freud, ¿vieron cómo llamaba toda la comunidad de pacientes, discípulos, alumnos y colegas a Freud?, ¿saben cómo Freud llamaba al psicoanálisis?: “das ding”, la cosa, por eso Lacan escribe “La cosa freudiana” y todos llamaban a Freud “el profesor”. Lo que yo digo es que la demanda a Freud dirigida como al profesor explícitamente, e implícitamente requerían de Freud que sea el profesor; no es una demanda analítica porque ahí no se exigía en ese pacto que pague con su persona. En el  imaginario que me representa yo tengo que concederlo, por eso a veces analistas ignotos, del montón y no los famosos, producen en casos difíciles muchos mejores resultados que los popes porque los popes tienen una persona muy fija, es muy reconocida la persona, persona con el micrófono, como personaje del teatro en la Grecia donde ya se representaban las tragedias como obras de teatro donde se utilizaban los megáfonos a través de los cuales se hablaba, per sona: suena a través de; esa persona es un personaje del teatro. Hace falta que en la figura del Otro se exija el pago con la persona, en medicina no, yo por ej. soy altamente sugestionable a médicos con mucha persona: “quédese tranquilo amigo, ud. va a andar bien” y yo ya me siento mejor, si en cambio se trata de un pibe joven que viene con la ambulancia con los pelos así, que te dice “bueno no sé”, a mí me hace mierda, me pongo como el culo. Estén atentos que si los van a buscar como “gran analista” o por ej., “yo busco una analista mujer”, “yo busco un analista joven”, ahí hay un problema porque no van a estar habilitados para participar de la transferencia tal como lo singular de ese caso lo requiere, están ya defensivamente colocados como un lugar de persona para que no haya análisis con lo cual tienen que registrar en la evolución del caso si hay o no condición de persona o hay borramiento de persona, nosotros exigimos que haya borramiento de persona. Son esos casos de “la última vez me pareció que por primera vez te aburrías con lo que yo decía”, ahí está, porque vos el pobre tipo que laburás que siempre prestás atención a lo que el paciente te dice, tratando de no dormirte después de almorzar en el consultorio, que está ahí peleándola, no sos ese, sos ese que a ella le pareció que “te empezaste a aburrir”. ¿Cuál es la cara de empezar a aburrirse?, ahí uno ya pagó con la persona, ahí ya hay posible analista porque empezó a ser alguien en función de ese relato y la singularidad de ese encuentro en ese caso con ese texto que habrá que leer cuál es: ¿quién es el que se empezaba a aburrir y guarda, no cuando ella empezaba a hablar, cuando alguien empezaba a hablar, quizás una mujer, quizás no, quizás un niño, quizás no?, no sé; es muy importante que ustedes se den cuenta que respecto del sujeto supuesto saber hay que revisar muy bien qué quiso decir Lacan; sujeto supuesto saber, todos los profesionales en occidente lo son porque occidente generó la figura de sujeto supuesto saber, en otras culturas hay otras formas.

Andrea Leiro: si les parece retomamos la próxima que es el jueves 22 de mayo ya que no hay propuestas para tomar esa fecha.

A.E.: de hacerse yo les propondría trabajar con lo que surja de la desgrabación de la reunión de hoy y si no les parece mal a mí me vendría bien que tomen como parte del material el artículo que publiqué en Imago.